Cirilo Muñoz pintó del natural este cuadro del Mercado Central de Zaragoza en enero de 1977. Curiosamente fue comprado nada más terminarse por una persona que se paró a contemplarle mientras daba las últimas pinceladas. Esta persona quedó enamorada del cuadro y se lo compró en ese mismo instante.
La casualidad hizo que el fotógrafo Antonio Calvo Pedrós inmortalizara a Cirilo Muñoz pintando el cuadro en la fotografía que se publicaría al día siguiente en el periódico "El Noticiero", la cual también se muestra.
Esta historia la he conocido gracias a la amabilidad de Ana, hija del comprador, que descubrió este blog hace pocos días y me mandó la fotografía del cuadro.
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